El actor estadounidense Tom Hanks nos ha deleitado con varias películas de distintos géneros, y una de ellas fue “La Terminal”, en la cual era un ciudadano de la Europa que estuvo varado en un aeropuerto estadounidense hasta que pudo salir del mismo.
Una situación parecida se vivió en Filipinas, donde un joven de origen estonio permaneció por 110 días en una aerostación local, aunque pudo volver a su país esta semana. Roman Trofimov estuvo atrapado en el área de partidas del aeropuerto Ninoy Aquino (NAIA) de Manila, desde que llegó en un vuelo de AirAsia desde Bangkok el 20 de marzo. El hombre, que estaba estado viajando por el sudeste asiático, dijo que le quitaron su pasaporte antes de pasar por inmigración.
La aerolínea tampoco pudo devolverlo a Tailandia en medio de restricciones y cancelaciones de vuelos debido a la pandemia de coronavirus. Según el diario británico The Sun, se le negó la entrada a Filipinas ya que ya no se emitían más visas de entrada para turistas y quedó atrapado. Durante semanas durmió en el piso de la Terminal 3 hasta que le consiguieran una habitación adentro de la Terminal 1. Según contó, la terminal 3 estaba llena de cucarachas que se le trepaban mientras descansaba; la luz y la música eran constantes y nadie le dio una máscara para protegerse de un posible contagio.
“Esto es como estar detenido, quiero salir de acá lo más rápido posible”, se lamentó en un video que publicó en su cuenta de Facebook el 29 de junio, en el que aparecía junto a otro pasajero en la misma situación “desde hace cuatro meses”. En otro posteo dijo ser “una persona con una discapacidad” y afirmó que su salud estaba empeorando a causa de la malnutrición y la falta de sol y aire. “La aerolínea dijo que debo esperar a que termine la Cuarentena comunitaria antes de que se me permita volar”, explicó.
El hombre sobrevivió gracias a donaciones del personal del aeropuerto y la ayuda de la aerolínea, que tras varias semanas finalmente se encargó de darle bandejas de comida. La emisora estonia ERR informó que Trofimov viajaba con un llamado “pasaporte gris” para personas de “ciudadanía indefinida”, producto de la disolución de la URSS. Este tipo de documento se expide a personas con derechos de residencia en el país que no pueden obtener otro pasaporte.
