El director del Servicio Postal de Estados Unidos, Louis DeJoy, aseguró este martes que suspenderá hasta después de las elecciones de noviembre los polémicos cambios que ha emprendido en la agencia, y que muchos temían que pudieran retrasar o imposibilitar el procesamiento de millones de votos por correo.

“Para evitar siquiera la apariencia de cualquier impacto en el correo relacionado con las elecciones, suspendo estas iniciativas hasta después de que concluyan las elecciones”, dijo DeJoy en un comunicado.

El anuncio supone una marcha atrás en una campaña de reformas al Servicio Postal que había generado una enorme controversia en el país, sobre todo después de que la agencia admitiera que los retrasos podrían evitar el procesamiento a tiempo de millones de papeletas de votación por correo en 46 de los 50 estados del país.

DeJoy, un donante de la campaña del presidente Donald Trump, al que el mandatario nombró en junio como director del Servicio Postal, señaló que los cambios en las operaciones de la agencia se diseñaron antes de su llegada al cargo. Sin embargo, reconoció que “han desatado preocupaciones ahora que la nación se prepara para celebrar unas elecciones en medio de una pandemia devastadora”.

“Creo que es esencial emprender reformas significativas (en el Servicio Postal), y el trabajo para conseguirlas empezará después de las elecciones”, insistió.

DeJoy garantizó que, hasta las elecciones del próximo 3 de noviembre, “las máquinas para procesar el correo y las cajas azules para recolectarlo se quedarán donde están”, que no se cerrará ninguna instalación para procesar el correo ni cambiarán los horarios de las oficinas postales.

El plan original de DeJoy para recortar costes incluía desactivar 10 % de sus máquinas para procesar el correo, un total de 671, y recientemente había inhabilitado o cambiado de lugar buzones públicos en estados como California, Arizona, Oregón, Pensilvania, Ohio o Montana, según el diario The Washington Post.

Trump había respaldado esos recortes al Servicio Postal, y en una entrevista la semana pasada llegó a admitir que estaba bloqueando la aprobación de nuevos fondos para la agencia precisamente para evitar que tuviera recursos suficientes para garantizar el “voto por correo universal” en las elecciones de noviembre.

El presidente republicano ha expresado vehementemente su oposición al voto por correo, que solo justifica cuando los ciudadanos estén lejos del estado donde están empadronados el día de las elecciones, y denuncia que ese método puede dar pie a fraudes, a pesar de que numerosos estudios demuestran que eso es extremadamente improbable.

La controversia en torno al Servicio Postal llevó a la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, a interrumpir su receso con el fin de votar un proyecto de ley que detuviera el plan de DeJoy, que tiene previsto testificar el viernes ante el Senado y el lunes ante la Cámara sobre el tema.

Además, este martes se conoció que al menos 20 estados planeaban demandar al Servicio Postal y a su administrador, buscando revertir los cambios en el servicio en una querella que incluía al propio Trump.

La acción, liderada por el fiscal general de Maryland, Brian Frosh, sería acompañada por Colorado, Connecticut, Illinois, Massachusetts, Michigan, Minnesota, Nuevo México, Oregon, Rhode Island, Vermont, Virginia y Wisconsin, según un borrador difundido por The Washington Post.

“Estamos tratando de detener los ataques de Trump al Servicio Postal”, afirmó Frosh en una entrevista citada por el Post, y consideró que estas acciones suponen un “ataque directo de la democracia”.

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